De cuando en cuando apetece reencontrarse con viejos conocidos extraídos de algún rincón de una de las estanterías de la biblioteca. Es el caso de Veinte poemas de amor y una canción desesperada de Pablo Neruda.
¿Qué puede decirse de Pablo Neruda (1904-1973) que no se haya expresado ya? ¿Cómo aludir a una de las grandes voces de la lírica del siglo XX sin reiterar los argumentos empleados por tantos que nos han precedido?
Para muchos lectores de Pablo Neruda Veinte poemas de amor y una canción desesperada continúa siendo su libro preferido. Es posible que no tenga la profundidad testimonial de Canto general ni aporte los hallazgos formales de Residencia en la tierra, quizá carezca de la inteligente ironía de Estravagario o del singular desgarro de Canción de gesta (y así hasta la extenuación, tan extensa y rica fue su obra) pero…
… Pero ahí sigue, pasando de generación en generación con la misma frescura que hace ya casi cien años; acompañando la trayectoria vital de tantas y tantas personas en la más amplia tipología de idiomas que quepa imaginar. ¿Por qué?
Pablo Neruda publicó Veinte poemas de amor y una canción desesperada cuando todavía no tenía veinte años (ni siquiera era su primer libro, un año antes había visto la luz Crepusculario), una circunstancia que, a primera vista, lo entronca con talentos precoces como John Keats, Arthur Rimbaud, Dylan Thomas… Mas a diferencia de todos ellos, de una producción mucho más limitada en el tiempo (en gran medida debido a su temprano fallecimiento), el poeta chileno continuó en activo durante unas cuantas décadas e incluso dejo tras de sí una notable obra que fue publicada a título póstumo.
Inocencia, pureza, transparencia, candor… son parte esencial de Veinte poemas de amor y una canción desesperada; al igual que también lo son atributos como pasión, exaltación, frenesí, ímpetu… El poeta aborda algunos de los temas que le acompañarán durante todo su itinerario lírico: la mujer, como sujeto/objeto/motivo de fascinación, al tiempo erótica al tiempo platónica; o la naturaleza, entendida como hábitat de ese nuevo ser humano que aspira a un mundo mejor y más igualitario.
Veinte poemas de amor y una canción desesperada es un libro íntimo, escrito desde la soledad, en la soledad y para la soledad. Su marcada sobriedad expresiva se aleja del estilo más elocuente e influido por el modernismo del anteriormente citado Crepusculario, al tiempo que es palpable en buena parte de sus versos la notable presencia de los simbolistas franceses.
Hemos leído los textos del libro de Pablo Neruda; los hemos escuchado a través de las más variopintas voces, desde cantautores hasta bandas de rock; e incluso hemos tratado de poner en práctica, no siempre con fortuna, algunas de sus enseñanzas.
Para quienes todavía no hayan tenido ocasión de acercarse a la obra de Pablo Neruda un libro como Veinte poemas de amor y una canción desesperada es una magnífica ocasión para comenzar a comprender los sutiles mecanismos que conforman el cosmos creativo de este formidable demiurgo de la lírica universal. Con seguridad luego vendrán otros textos de su formidable producción.
Y en el recuerdo un ramillete de frases que nos acompañarán hasta que nuestra memoria diga basta: “En ti los ríos cantan y mi alma en ellos huye como tú lo deseas y hacia donde tú quieras”, “Siento viajar tus ojos y es distante el otoño”, “Pálido y amarrado a mi agua devorante cruzo en el agrio olor del clima descubierto”, “Me gustas cuando callas porque estás como ausente, y me oyes desde lejos, y mi voz no te toca”, “Puedo escribir los versos más tristes esta noche”…
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Pablo Neruda. Veinte canciones de amor y una canción desesperada. Seix Barral.
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David Parra
Especialista en nuevas tecnologías de la información y las comunicaciones aplicadas al ámbito del periodismo. Ha publicado alrededor de diez libros y más de treinta artículos en revistas científicas. Le gusta leer. [/author_info] [/author]