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La mujer de la que nadie habla

La mujer de la que nadie habla

Lleva toda la vida dando lo mejor de sí y va a seguir haciéndolo. Pero lejos de estar encumbrada apenas se habla de ella.  De tan familiar que resulta, la hemos hecho invisible. Es la gran damnificada en un modelo de sociedad que cada vez se corresponde menos con la realidad de hoy. Considerada, salvo excepciones, jugadora de segunda división, es un peso fuerte en nuestra economía y en nuestra sociedad. Hablo de la mujer de 50. Este es el retrato robot de millones de ellas.

Está en la franja de edad en la que , tradicionalmente, la mujer se siente  más plena y satisfecha . Ha criado a sus hijos, ha logrado una estabilidad profesional y económica, y puede, por tanto, disfrutar de su libertad para dedicarse a sí misma, o cultivar otras vocaciones que seguramente ha tenido que aparcar hasta ahora.

Pero, ¿Se le da el lugar que le corresponde? ¿ Se sabe cuál es su situación  actual y cómo afronta  su futuro? ¿Se piensa en ella al hablar de políticas de conciliación? ¿Vive hoy la mujer  de 50 años mejor que la de generaciones anteriores?

La escritora norteamericana Gail Sheehy confiesa su sorpresa al descubrir que, la mujer de esta edad, hoy,  no sólo no vive mejor, sino, peor y menos, que las mujeres de la generación de sus madres.

Según un estudio realizado por la firma estadounidense Gallup and Healthways, experta en bienestar, un alto porcentaje de mujeres a partir de los 45-50 años se siente vencida por  las preocupaciones, el estrés , la  angustia, tristeza o depresión . Lo que repercute, igualmente en un inevitable deterioro de su salud física. Ataques al corazón trombosis cerebral, hipertensión y cigarrillos en exceso.

¿Los motivos? No hay un único motivo al que se le puede achacar todo. Cada momento, acarrea obligaciones y problemas específicos. Cada sociedad y cultura, genera situaciones y necesidades diferentes y diferenciadoras por las que luchar y combatir. Evidentemente, no es lo mismo la realidad de una mujer en la India, o Afganistán, que la de Francia, Inglaterra, España, o Estados Unidos.

En nuestra sociedad , por ejemplo, una de cada cinco mujeres en esta franja de edad, tiene que ejercer como cuidadora de sus mayores dependientes, a veces a tiempo completo, con lo que perdemos el valioso conocimiento de miles de mujeres en la cima de su productividad y experiencia . A pesar de ser las que más saben, una vez que su función de cuidadoras termina, pueden verse excluidas del mercado laboral por ser demasiado mayores.

© Tom Hussey. Colección Reflections

Desde un punto de vista de los derechos humanos, esta es una responsabilidad tremenda, que cae sobre los hombros de una mujer cada vez más debilitada, aislada y con riesgo de perderlo todo, hasta su propia identidad. Sin sueldo, y con unos derechos de jubilación menguados, es obvio que no le espera el mejor de los futuros. Lo estamos haciendo mal.

“Mientras la mujer se vea PRIVADA DE DIGNIDAD Y DE OPORTUNIDADES los derechos humanos no son tales”. Con estas  palabras cerraba Hillary Clinton en el año 95 – hace 20 años ya-  su intervención en el foro de NNUU celebrado en Beijim. Desde entonces , ha seguido luchando a diestro  siniestro, por los derechos de la mujer,  en cada ocasión que su privilegiada situación le brinda .

Pero con cincuenta años, la mujer tiene más retos que gestionar y a los que debe hacer frente, demostrando ampliamente todo su potencial en esta etapa de la vida.

Por vocación, o por necesidad, empieza  a esta edad un nuevo ciclo laboral que la lleva a formar parte de una clase empresarial influyente, con gran capacidad de decisión. Conocida como emprendedora bis, es una  importante fuente de desarrollo y bienestar, y una indiscutible demostración de que hay otra forma muy eficiente y eficaz de hacer las cosas.

En cualquiera de estos casos, la mujer necesita apoyos sólidos que legitimen su derecho a generar riqueza y a una vida digna con futuro.

Soluciones fundamentales

Es imprescindible que políticas gubernamentales estimulen y defiendan los derechos de la mujer profesional hasta sus últimas consecuencias; que los asuntos sociales se responsabilicen y ejerzan el protagonismo que la sociedad de hoy reclama, de manera que la mujer se  libere de esta responsabilidad “unilateral” y pueda mantener su vida profesional mientras quiera o necesite.

Pero también es imprescindible que la mujer – junto con la complicidad y ayuda del hombre- se convierta en protagonista activa y directa, como juez y parte que es, para promover soluciones eficaces y concretas.

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Y aquí, entramos todos a una.

Los más influyentes, con su poder político, económico o social, son imprescindibles, por su fuerza y proyección global, para remover conciencias , implementar nuevas culturas empresariales y facilitar el camino a nuevas canteras de mujeres profesionales. Un cometido valiente ,que no siempre va todo lo rápido que nos gustaría. Cuesta décadas derribar barreras culturales.

Otros menos influyentes, pero fundamentales, son quienes ejercen como cuidadores de nuestros mayores. Estas personas son claves para que millones de mujeres concretas, puedan continuar con su profesión, sin tener que renunciar ni a su presente, ni a su futuro . Pero han de ser cuidadores   muy preparados, comprometidos y con vocación.  Y es que a su cargo dejamos las personas que más nos importan, incluidos un día nosotros mismos.  La pregunta es si existen y dónde están.  Porque encontrar hoy profesionales así, es  casi una utopía, sobre todo en el terreno privado. Y muy pocos se los pueden permitir.

Quedamos, por último, el resto. No todos contamos con un podium en Naciones Unidas para proclamar nuestros derechos. Desde la empresa  o las redes sociales , cada uno en su medida, como sociedad y como individuos podemos usar nuestra influencia para estabilizar ese futuro desconocido al que todos nos dirigimos.

Imagen destacada:  © Tom Hussey. Colección Reflections.

Todos los derechos reservados

[author] [author_image timthumb=’on’]https://cincuentopia.com/wp-content/uploads/2013/12/Josefina-Escudero.jpg[/author_image] [author_info] Josefina Escudero. Mentora internacional, es experta en Negociación Internacional, Diplomacia Ejecutiva y Protocolo Multicultural y colabora en medios de comunicación y prensa especializada. Creadora del concepto diplomacia ejecutiva y estrategia relacional. Tras vivir y trabajar más de 18 años fuera de España, funda El Escudero Fiel y Josefina Escudero. Y junto con Paloma Carreño está a cargo de Punto y seguido. Ama la diplomacia porque le importan las personas. [/author_info] [/author]
Tags: DESTACADOS, SOLUCIONAR

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  • No puedo dejar de agradecerte que nos des visibilidad, que expliques tan bien nuestras circunstancias y potencial.

    Responder
    • josefina escudero
      octubre 27, 2015 10:31 am

      Gracias Pilar. Es a ti y a cualquier mujer en estas circunstancias a quien debemos agradecer y dar espacio. Y las empresas deben empezar a tomar también cartas en el asunto,para empujar a los responsables públicos a actuar. HAY MUCHO POR HACER.
      Un saludo

      Responder
  • Magnifico articulo Josefina. muchas gracias por decir tan abiertamente la realidad de miles de mujeres, entre las que me encuentro.Me has hecho protagonista de un artículo que se publica y lo leen todo tipo de personas. Nunca nadie había hablado de mi. Porque tu hablas de mi. Cuido a mis dos padres y cuidé a mi suegro. Dejé mi profesión de músico.Y el animo no me da para mucho más. La situación que me queda es bastante desalentadora, dependeré de mi familia,yo no tengo fuerza de ser emprendedora . Gracias por tus artículos.

    Un saludo

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  • Hola Josefina:
    Vas directa al grano de la situación que vivamos muchas mujeres. Yo llevo la vida como puedo intentando conjugar trabajo, familia y cuidar a mis padres. Es una locura muchas veces. Lo malo es que seria más fácil si pudiera encontrar a gente que pudiera sustituirme fuera del trabajo, es decir en el cuidado de la familia. Pero falta encontrar a alguien bien preparado y que sepa llevar esa responsabilidad. pero no encuentro a nadie.

    ¿Tu sabes de alguna empresa que forme a estos profesionales para dirigirme a ella? Si yo pudiera irme tranquila al trabajo todo sería más fácil. Pero es que solo encuentro a gente muy poco preparada.

    Gracias y un saludo
    Piedad

    Responder

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